martes, 27 de octubre de 2009
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"Condenan a dos años de prisión al hijo de Mitterrand" - El Mundo
Es increíble ver lo descarados que son algunos políticos y lo barato que sale en el primer mundo lucrarse a costa de la muerte en el tercer mundo. El conocido como “Angolagate” es un escándalo acontecido en Francia en la década de los 80. Durante esa época un buen número de empresarios y políticos (entonces en el poder) hicieron un negocio espectacular vendiendo armas a los angoleños durante la Guerra Civil que asoló el país entre 1983 y 1998. Se habla de unos beneficios que rondan los 800 millones de dólares y que en la época nadie denunció (salvo algún que otro artículo de prensa). A parte de ser un asunto vomitivo e indignante que refleja una vez más la hipocresía de nuestras sociedades que, por un lado pretenden tener un lado humano y por el otro se lucran de cualquier situación, hasta la más deleznable, nos demuestra que si hay beneficios que sacar, el cómo no importa. Lo más triste no es que sucedan asuntos de este tipo sino la impunidad con la que sus autores actúan. La noticia recién salida anuncia que Jean-Cristophe Mitterrand ha sido condenado a 2 años de prisión pero que está exento de cumplirlos entonces ¿Cuál es el castigo? Se le ha impuesto una multa de 375 000 euros pero… para alguien que ha ganado 800 millones de dólares, se trata de una cifra inferior al 0,05% de los beneficios que pudo suponer esta trama (según mis cálculos). Sólo se me ocurre pensar que este juicio ha sido una pantomima para que de cara a la opinión pública no se dé la impresión de que estas cosas quedan impunes, pero visto la tan sumamente leve sentencia concluyo todo lo contrario.
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