La relación entre dicha exposición y la nuestra es (creo yo) una de las mas difíciles de encontrar. Se trata de dos temas que afectan a zonas del mundo lejanas, con poca relación diría yo. Así que para ello lo que he pensado es la importancia que un día tuvo el Opio en China y el conflicto que ello provoco con el Reino Unido. La historia seria un tanto distinta de lo que sucede a día de hoy con el narcotráfico pero es esa dinámica colonial la que hoy impera en la relación norte sur.
Podría explicar lo que sucedió en la Guerra del Opio, pero creo que esta muy bien explicado en Wikipedia así que pegare lo dicho para quien quiera saber un poco más:
Las Guerras del Opio (chino tradicional: 鴉片戰爭, chino simplificado: 鸦片战争, pinyin: Yāpiàn Zhànzhēng), también conocidas como las Guerras Anglo-Chinas, fueron dos guerras que duraron de 1839 a 1842 y de 1856 a 1860 respectivamente, el punto culminante de los conflictos comerciales entre la China y el Reino Unido. El contrabando británico de opio de la India Británica hacia la China y los esfuerzos del gobierno chino para imponer sus leyes contra las drogas llevaron al conflicto. Francia luchó al lado de Gran Bretaña en la segunda guerra.
La derrota de la China en las dos guerras forzó al gobierno a tolerar el comercio del opio. El Reino Unido coaccionó al gobierno a firmar Tratados Desiguales, abriendo varios puertos al comercio exterior y entregándole Hong Kong a Gran Bretaña. Portugal siguió a Gran Bretaña y forzaron términos de intercambio desiguales para la China (Tratado de Nankín, cesión de Hong Kong a Gran Bretaña y ampliación de Macao para Portugal). Esta humillación por obra de potencias exteriores contribuyó a la Rebelión Taiping (1850–1864), la Rebelión Boxer (1899–1901), y la caída de la Dinastía Qing en 1911.
Antecedentes
El comercio marítimo directo entre Europa y la China comenzó en el siglo XVI, después de que los portugueses establecieron la colonia de Goa en la India, y poco después la de Macao en el sur de la China. Después de la adquisición española de las Filipinas, el ritmo del intercambio entre la China y el Occidente se aceleró dramáticamente. Los galeones de Manila trajeron más plata a la China que la Ruta de la seda. El gobierno Qing intentó limitar el contacto con el mundo exterior a un mínimo. Los Qing sólo permitieron el comercio por el puerto de Cantón, que es ahora Guangzhou. Rigurosos trámites y monopolios autorizados fueron establecidos para restringir el flujo del comercio, teniendo como resultado altos precios de venta para los artículos importados y demanda limitada. España empezó a vender opio a los chinos, junto con productos del Nuevo Mundo tales como el tabaco y el maíz, para prevenir un déficit comercial. Con la implantación de las Compañías Británicas y Holandesa de Indias Orientales, el comercio con China se multiplicó.
A causa de la alta demanda de té, seda, y porcelana en Gran Bretaña y la baja demanda de mercancías británicas en China, Gran Bretaña tenía un gran déficit comercial con China y debía pagar estos artículos con plata. Gran Bretaña comenzó a exportar ilegalmente opio a la China desde la India Británica en el siglo XVIII para contrarrestar su déficit. El comercio del opio creció rápidamente, y el flujo de plata comenzó a reducirse. El Emperador Yongzheng prohibió la venta y la costumbre de fumar opio en 1729 a causa del gran número de adictos.
La disputa se desató debido al comercio del opio, el cual se veía desde ambos lados de maneras muy distintas. El emperador censuró el opio en la China debido al efecto negativo de éste en la población, los británicos en cambio, veían al opio como el mercado ideal que los ayudaría a compensar el gran comercio con la China. Estas guerras y los subsiguientes tratados firmados entre las potencias resultaron en que varios puertos de la China se abrieran para el comercio con Occidente que condujeron en parte a la caída de la economía china. Estas guerras se consideran como la primera guerra de drogas.
Crecimiento del comercio del opio
La Dinastía Qing de la China, era cada vez más asediada por potencias extranjeras que demandaban un comercio bilateral con la China, tras una gran caída a principios del siglo XIX. Los europeos compraban porcelana, seda, condimentos y té chinos, pero eran incapaces de vender algún bien de interés para la China, en lugar de eso, se veían obligados a pagar con plata, esto significaba un gran esfuerzo para las ya apretadas finanzas europeas provocadas por las guerras napoleónicas.
El opio era producido en la China desde el siglo XV, era mezclado con tabaco en un proceso inventado por los españoles, que luego fue dominado por los holandeses en el siglo XVII y generalizado de forma masiva por los británicos en el XVIII. Al observar los problemas de salud y sociales vinculados con el consumo de opio, el gobierno imperial chino lo prohibió en 1829.
Los británicos comenzaron la producción de opio a mediados del siglo XVIII en la India en cantidades significativas, aprendieron el arte del estado mongol, quienes comerciaron con opio al menos desde el reino de Akbar (1556–1605), e iniciaron el comercio de opio por plata en el sur de la China. Los británicos observaron las grandes ganancias que potencialmente traería el mercado del opio (previamente dominado por Yakarta controlada por Holanda) al invadir Bengala en 1764. Las ganancias se acercaban al 400 por ciento y la amapola crecía casi en todas partes.
Las exportaciones de opio de los británicos crecieron vertiginosamente, de aproximadamente 15 toneladas en 1730 a 75 toneladas en 1773, embarcadas en más de dos mil cajas con 70 Kg de opio cada una.
Los productos triangulaban de la siguiente manera:
Se transportaba el opio cultivado en Turquía y la India a la China.
Se pagaba con opio las porcelanas, sedas y té. tal como los narcotraficantes actuales aceptan toda clase de electrodomésticos en pago)
Se llevaban a la Costa Este y a Inglaterra, en donde se pagaban y se iba a Turquía y la India para comprar más opio.
En la primavera de 1830, ante el alarmante y desenfrenado abuso del comercio del opio en la China, el Emperador Daoguang ordenó a Lin Hse Tsu que combatiera rápidamente esta plaga, y éste respondió atajando la corrupción del funcionariado imperial y ordenando la destrucción de más de 20.000 cajas de opio.
Lin Hse Tsu envió una carta a la Reina Victoria pidiéndole que respetara las reglas del comercio internacional no comerciando con drogas tóxicas.
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